En la cadena de bloques, la mejora del rendimiento a menudo es como un condimento: demasiado poco es difícil de tragar, y demasiado provoca miedo a "saturarse". La actualización Octane de Avalanche @avax, lanzada en abril, otorga a los validadores la capacidad de ajustar dinámicamente el gas objetivo, y esta vez han elevado su objetivo de 1,6 millones de gas/segundo a 2,1 millones, lo que ha traído un aumento de más del 30% en el rendimiento, siendo considerado un "acelerador" en la cadena EVM.
Esto no solo significa que más transacciones pueden ser procesadas rápidamente, sino que también se espera que las tarifas de los usuarios disminuyan; pero la presión sobre el hardware de los nodos y la red también aumenta simultáneamente. Es reconfortante que el equipo de Avalanche, a través de un monitoreo detallado del tiempo de verificación de bloques, el crecimiento del almacenamiento y la comunicación entre nodos, asegure la estabilidad de la red. Lo que es especialmente interesante es que la demanda de almacenamiento que trae el gas unitario ha disminuido, lo que muestra la profundidad y eficiencia de la optimización del protocolo.
Lo que es aún más emocionante es que la futura integración de Streaming Asynchronous Execution (SAE) y la base de datos Firewood liberará por completo las restricciones entre la ejecución y el consenso, llevando la capacidad de procesamiento a nuevas alturas. Esta innovación arquitectónica podría convertirse en un nuevo paradigma para la mejora del rendimiento en la cadena.
Sin embargo, a medida que la capacidad de la cadena sigue expandiéndose, ¿estamos también, de manera invisible, exacerbando el umbral de recursos de los nodos? ¿Cómo encontrar un punto de equilibrio entre el ideal de descentralización y la realidad de alto rendimiento? Este no es solo el desafío de Avalanche, sino también un tema común para todo el ecosistema de cadenas públicas.
Creo que esta ola de actualizaciones de Avalanche no solo es una iteración técnica, sino una profunda exploración de la futura forma de la economía en la cadena. Nos recuerda que la mejora del rendimiento no solo es el aumento de números, sino también una prueba de la resiliencia y sostenibilidad del ecosistema.
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En la cadena de bloques, la mejora del rendimiento a menudo es como un condimento: demasiado poco es difícil de tragar, y demasiado provoca miedo a "saturarse". La actualización Octane de Avalanche @avax, lanzada en abril, otorga a los validadores la capacidad de ajustar dinámicamente el gas objetivo, y esta vez han elevado su objetivo de 1,6 millones de gas/segundo a 2,1 millones, lo que ha traído un aumento de más del 30% en el rendimiento, siendo considerado un "acelerador" en la cadena EVM.
Esto no solo significa que más transacciones pueden ser procesadas rápidamente, sino que también se espera que las tarifas de los usuarios disminuyan; pero la presión sobre el hardware de los nodos y la red también aumenta simultáneamente. Es reconfortante que el equipo de Avalanche, a través de un monitoreo detallado del tiempo de verificación de bloques, el crecimiento del almacenamiento y la comunicación entre nodos, asegure la estabilidad de la red. Lo que es especialmente interesante es que la demanda de almacenamiento que trae el gas unitario ha disminuido, lo que muestra la profundidad y eficiencia de la optimización del protocolo.
Lo que es aún más emocionante es que la futura integración de Streaming Asynchronous Execution (SAE) y la base de datos Firewood liberará por completo las restricciones entre la ejecución y el consenso, llevando la capacidad de procesamiento a nuevas alturas. Esta innovación arquitectónica podría convertirse en un nuevo paradigma para la mejora del rendimiento en la cadena.
Sin embargo, a medida que la capacidad de la cadena sigue expandiéndose, ¿estamos también, de manera invisible, exacerbando el umbral de recursos de los nodos? ¿Cómo encontrar un punto de equilibrio entre el ideal de descentralización y la realidad de alto rendimiento? Este no es solo el desafío de Avalanche, sino también un tema común para todo el ecosistema de cadenas públicas.
Creo que esta ola de actualizaciones de Avalanche no solo es una iteración técnica, sino una profunda exploración de la futura forma de la economía en la cadena. Nos recuerda que la mejora del rendimiento no solo es el aumento de números, sino también una prueba de la resiliencia y sostenibilidad del ecosistema.